Marcel Ruiz Mejías Writer

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Una flor de loto en el lodo

Hoy la historia es para vosotros, los más jóvenes, los Z, o cualquiera que sea la etiqueta que os han puesto. Trata del suicidio. De cómo yo también perdí un amigo muy cercano, y de que es más importante lanzar el SOS a tiempo que perderos como presente y futuro. Trata de que ‘los adultos’ queremos estar con vosotros. También es una historia para todos y todas las que os rodean. La tenía que contar algún día.


Echo de menos a mi amigo S. Hacia el final de los años 90 lo pasábamos bien, sintiéndonos libres, y reaccionando como buenamente podíamos a la crisis de la adolescencia. El choque que supusieron las primeras impresiones del mundo ‘real’ en que vivimos quizá nos empujaban a huir de él.

Una tarde, cuando volvía del trabajo precario y mal remunerado que tenía para justificar que ya no era un nini - léase ni estudia ni trabaja - me encontré a S. sentado en el césped del parque que solíamos frecuentar para reunirnos con los colegas.

- ¡S.! ¿Qué haces aquí solo?

- Nada, salí de casa.

- mmm… ¿Te pasa algo?

- Creo que ya lo he hecho todo en esta vida, Marcel.

- Qué dices tío… ¡Te quedan un montón de cosas por hacer!


El suicidio adolescente ya era en esa época un hecho, cualesquiera que fueran sus causas. Y lo había sido también en los 80. Mi amigo S. había sido diagnosticado hacía un tiempo de esquizofrenia, según me contó. En ese momento, las alarmas se encendieron, pero el sistema le falló.

El Consorcio General de Psicología (datos de 2019) dice que, en el mundo, una de cada cuatro personas sufre o sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida. A su vez, las muertes por suicidio han aumentado a nivel mundial, y especialmente en España, siendo la primera causa de muerte en adolescentes. Más de 3600 personas se quitaron la vida en 2019, y más de 3900 en 2020. Así ha evolucionado el suicidio juvenil en España en los últimos cuarenta años:


En El País, 20 de mayo de 2023.



El informe anual de la Fundación Anar revela que la pandemia y el confinamiento por la COVID-19 han impactado negativamente en el incremento de problemas psicológicos, como es tener ideas de querer suicidarse (+244,1%). Estos hechos los corrobora el informe de la fundación Fundamed (2021). El riesgo de suicidio es un problema de salud pública, que se ha agravado debido a la pandemia por COVID-19.

“De cada persona que se muere por suicidio en España habría 10 personas que lo intentan, y de cada persona que lo intenta habría 14 que lo piensan” (Fundamed, 2021).

En muchos de estos informes se explica que existe un sesgo social que también determina la cantidad de personas con problemas de salud mental en nuestro país. Para explicar esto, veamos por ejemplo un gráfico de la Base de Datos Clínica de Asistencia Primaria en España sobre la esquizofrenia, con datos de 2017:



Base De datos Clínica de Atención Primaria (BDCAP), 2017.


¿Qué es lo que más resalta aquí? Efectivamente, cuando las personas viven en el margen de la pobreza -nivel de renta -, la proporción de personas diagnosticadas con esquizofrenia es mucho mayor. Ocurre de manera parecida en otros procesos como la ansiedad o la depresión. Es curioso. Mirémoslo por el otro lado: tener dinero previene enfermedades mentales. Mi nariz me dice que esta no puede ser la única explicación, ya sea en lo biológico o en lo social. Esto debe ir asociado a otras cosas, de las que habría que cuestionarse qué o quién es el responsable, para aplicar cambios en la raíz.

Por si no es suficiente, la Organización Mundial de la Salud ha decretado el estado de alerta en los servicios sanitarios a nivel global - que son personas - por riesgo de burnout, es decir, de saturarse y ‘quemarse’. Yo añadiría de paso los servicios sociales, con un largo historial de precariedad entre sus trabajadorxs.

En otro informe de salud mental del Ministerio de…. Disculpen. Informes e informes. Tenemos muchos informes, y muy útiles, pero la situación empeora, y los jóvenes se mueren. Aunque podría ser adecuado dejar a un lado las estadísticas y tratar de averiguar el porqué de esto, alguien debe tomar la responsabilidad y poner medios. Es decir, hacer política. No podemos construir sociedades de las que las personas quieren huir.

De todos modos, me da otra vez en la nariz que la naturaleza humana va a ser incapaz de escapar a su propia condición: lo primero que nos podría venir a la cabeza es ‘no es culpa mía, desde luego’. Pero, atención, una sociedad que cura es primero una sociedad que se responsabiliza.

Por ejemplo, Fundadeps, asociada al Hospital Clínico San Carlos de Madrid, publicó en 2022 un monográfico con textos descargables, que incluyen información y guías que buscan hacer algo ante esta situación (en la lista de referencias). Estoy seguro de que me dejo por el camino muchos grupos, observatorios, centros de atención, recursos y personas que están en la ‘trinchera’ para afrontar esto. Espero que de alguna manera se sientan representadas.

Echo de menos a S. Soñé con él durante años hasta que acepté que ya no estaba. De hecho, aún no estoy de acuerdo. Nos hablamos y escuchamos poco, y nos encerramos en nuestras vidas. El mundo cada vez va más rápido, y no caben conversaciones, ni llamadas. O quizá sea mi percepción. Quizá alguna sí que quepa. De aquellos o aquellas que estén dispuestos/as a escuchar, y de los que estén dispuestos a hablar. El estigma, la marca de rechazo que conlleva estar diagnosticado con un problema de salud mental, aún es profundo en nuestra sociedad. 

¿Cómo devolvemos la humanidad a una sociedad que se está deshumanizando? ¿Tenemos que pasar por esto todos y todas para ver qué demonios aprendemos de todo ello? ¿Qué estamos haciendo mal? Y también, ¿qué estamos haciendo bien? ¿Dónde ‘apretamos’? ¿Dónde se inyectan los recursos? ¿Y de dónde los sacamos?

Por si os puede servir de ayuda, indico aquí algunos teléfonos de asociaciones y fundaciones que pueden contactarse en caso de encontraros realmente mal, porque hablar es la clave.

  • El 024, del Ministerio de Sanidad

  • En Barcelona, el 900 925 555, del Ayuntamiento.

  • El Teléfono de la Esperanza: 717 00 37 17

  • El 112, del Servicio de Emergencias.

  • El 900 20 20 10 de la Fundación ANAR, una fundación sin ánimo de lucro para una infancia y adolescencia saludable, y que opera en toda España. También se puede contactar por Chat en su página web.


Creo en el modelo de salud y educar para la salud, pero también en cómo cambian nuestras creencias y los modelos en los que nos reflejamos a lo largo de la vida. También en las campañas preventivas. Todo suma, aunque la presión social de un sistema en crisis está ahí fuera. En 1977, la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano de decisión supremo de la OMS, se propuso lograr que en el año 2000 todos los ciudadanos tuviesen un grado de salud que les permitiera tener una vida social y económicamente productiva - curiosa definición, por eso -. Pues vamos tarde, ¿no? Somos humanos e imperfectos, pero es crítico empezar a construirnos como sociedad basándonos en otros valores, como el de los cuidados comunitarios, a la espera de nuevos informes que arrojen algún dato al que agarrarse.

No quiero ver ni un joven más evadido, aislado, o no escuchado. Os queremos con nosotros, libres y presentes. Porque lo que hacíamos S. y nosotros a finales de los 90, o lo que hacéis muchos jóvenes de hoy, no es otra cosa que llamadas a la insurrección ante una sociedad con claros síntomas de deterioro. 


Fuentes y Recursos

María Sosa Troya, El suicidio en menores: “El efecto imitativo en jóvenes es devastador”, El País, 20 mayo 2023. https://elpais.com/sociedad/2023-05-21/el-suicidio-en-menores-el-efecto-imitativo-en-jovenes-es-devastador.html

Fundadeps

https://fundadeps.org/recursos/monografico-salud-mental/

Fundació APSAS 

https://www.apsas.org/es/

Observatorio del Suicidio

https://www.fsme.es/observatorio-del-suicidio-2019/espa%C3%B1a/

Fundación ANAR

https://www.anar.org/la-fundacion-anar-presenta-su-estudio-sobre-conducta-suicida-y-salud-mental-en-la-infancia-y-la-adolescencia-en-espana-2012-2022/

Instituto Nacional de Estadística